Ayer por la tarde se celebró en la Casa Blanca una inédita reunión entre representantes de la industria de los videojuegos y el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden. Esto como parte de la última jornada de entrevistas que el político sostuvo con miembros de múltiples y muy diversos círculos de la sociedad norteamericana con el fin de escuchar todas las voces antes de presentar al presidente Barack Obama una serie de planteamientos y posibles soluciones al problema de la violencia armada que se vive en dicho país, y la cual vio su punto más crítico durante el último semestre de 2011.
John Riccitiello, director general de Electronic Arts; Eric Hirshberg, director de Activision Publishing; Mike Capps, expresidente de Epic Games; Robert Altman, director de ZeniMax Media; Michael Gallagher, presidente de la Entertainment Software Association; y Patricia Vance, cabeza de la junta de clasificación ESRB, acudieron a la reunión, misma que se extendió por varias horas.
Pese a la campaña de desprestigio hacia los videojuegos puesta en marcha tras el tiroteo de Connecticut, Biden aclaró que no llegaba con prejuicios y explicó que el motivo de la reunión era buscar ayuda ante la posibilidad de que se estuviera presentando un deterioro cultural en Estados Unidos, profundizar en los efectos de los videojuegos en la juventud y buscar formas de mejorar la imagen de la industria ante la comunidad no jugadora.
Me presento a esta reunión sin un juicio. Todos ustedes ya conocen el juicio que otras personas han hecho, dijo Biden. El gobierno está buscando ayuda. Estamos ansiosos de ver si hay algo que nos puedan sugerir. El país tiene un problema que va más allá de las masacres. Es real y es serio.
Así las cosas, se espera que Biden presente una serie de propuestas concernientes a la violencia armada y el control de armas el próximo martes. Y tal parece que la industria del videojuego saldrá bien librada del pánico moral del que fuimos testigos durante las últimas semanas, pero hay algo en lo que Biden tiene mucha razón: la industria del videojuego necesita mejorar su imagen ante la sociedad.
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