Review

Far Cry Primal

Salvaje, pero repetitivo
LEVELUP 8.1 Bueno

PROS:

Explora con autenticidad una época pocas veces vista en videojuegos

Conserva y adapta todas las virtudes de entregas previas al nuevo contexto

El sistema de combate con animales se siente fresco

Numerosos árboles de progresión añaden profundidad

CONS:

Historia desabrida que avanza muy despacio

Misiones y eventos poco ingeniosos y repetitivos

Una de las grandes sorpresas del año pasado fue la revelación de Far Cry Primal, no tanto por el carácter relativamente prematuro del anuncio —Far Cry 4 había debutado apenas a fines de 2014—, sino por el toque prehistórico que Ubisoft Montreal pretendía imprimir al concepto. Se trataba de una idea fresca en el contexto de tantos juegos de disparos modernos o futuristas.

Pues bien, luego de invertir suficientes horas en el período mesolítico como para autonombrarme arqueólogo poligonal, puedo decir con seguridad que Far Cry Primal es todo lo que esperaba de él, ni más ni menos: un juego de acción en primera persona relativamente diferente y con una dosis sutil de rol. Todo lo bueno (y lo malo) de las 2 entregas previas, que también reseñé, sigue ahí, pero Far Cry Primal no constituye un simple skin. Además de la ambientación —que ciertamente refresca las cosas durante las primeras horas— tanto el combate como la progresión fueron ampliados.

Asumes el rol de Takkar, el primero de la tribu Wenja capaz de domar animales. Lo anterior da una ventaja monumental al cazador cuya gente fue diezmada por la invasión de 2 grupos antagónicos con una agenda propia: los udam, cavernícolas del noreste quienes, hartos del frío y de tener que comerse entre ellos, deciden bajar al valle de Oros para comerse a los demás; y los izila, un grupo de radicales religiosos con inclinaciones pirómanas y taparrabos. Así que, básicamente, si no haces algo, tu pueblo se convertirá en la cena de unos locos o en la leña de otros.

La fuerza está en los números, así que en Far Cry Primal la idea es establecer una aldea y volver a consolidar a tu tribu mediante el reclutamiento de wenjas nómadas, entre quienes están expertos en diversos oficios y quienes fungirán como guía para la historia; ellos son proveedores de misiones y raíz de los árboles de habilidades, de los cuales ahora existen más que en Far Cry 3 (3) y Far Cry 4 (2). En Far Cry Primal existen 8 árboles de skills, pero antes de poder empezar a desarrollarlas, es necesario que encuentres a los wenjas expertos, quienes te las enseñarán mediante misiones especiales. Eres experto en supervivencia, pero otros te enseñarán recolección, domesticación, pelea, creación, etcétera. Y a esto me refiero con más amplitud en la progresión. Todo lo que haces brinda experiencia —como siempre— y cada vez que subes de nivel o cumples tareas en específico te dan puntos de habilidad para ir desbloqueando las capacidades de los diversos árboles. La estructura es la misma de antes, sólo que ahora hay más que hacer y más que aprender, lo cual es un acierto.

La estructura es la misma de antes, sólo que ahora hay más que hacer y más que aprender, lo cual es un acierto

En esencia, esto de "ayudar a tu pueblo" es muy similar a lo que vimos en Far Cry 4, pero aquí notas el impacto y cómo crece tu aldea, incluso es posible hacer mejoras a las chozas de los personajes principales y, en la medida que aumenta tu comunidad, recibes beneficios en forma de recursos para construir objetos.

A propósito de construcción, el crafteo que en Far Cry 3 fue tan novedoso, aquí ya es vital, lo cual resulta lógico cuando recuerdas que estás en el amanecer de la raza humana. Así, recolectar materiales y cazar para lootear te permitirá mejorar tu equipamiento, armas, curarte y hasta domesticar animales, porque requieres carnada para atraerlos. De hecho, no puedes sobrevivir en ciertas regiones del mapa si no has crafteado el equipamiento correspondiente, no porque haya una pared invisible, sino porque morirás de frío, y eso es un buen toque. De cierta manera, Far Cry Primal se siente como el pináculo del crafting dentro de la serie.

El ritmo de los combates se mantiene intacto
El ritmo de los combates se mantiene intacto

En lo concerniente a movilidad y combate, si jugaste Far Cry 3 o Far Cry 4, de inmediato te sentirás como pez en el agua porque, a pesar de la inexistencia de armas de fuego, la cadencia de Takkar y la respuesta de los controles se perciben muy similares a los de las entregas anteriores, sólo que por ahí de la quinta hora te enseñan cómo domar a un depredador y a un búho, lo cual incrementa el alcance y la estrategia necesarios para la toma de fuertes, presente en Far Cry casi desde sus comienzos y que sigue siendo pivote de la dinámica de juego. En primera instancia, el añadido puede interpretarse como un aderezo; como una función innecesaria que agregaron para poder decir que había algo "nuevo" en Far Cry Primal, pero debo conceder crédito a Ubisoft Montreal por hacerte sentir totalmente indefenso sin ello y es que existen muchos, muchos peligros en esta era si no llevas un acompañante o, por lo menos, una antorcha. Todo, desde una manada de perros salvajes hasta un cóndor enojado, puede volverse un dolor de cabeza si te descuidas, ya ni hablar del malhumorado mamut, cuya ira supone una sentencia de muerte la mayoría de las veces.

Ahora, en vez de llegar a una aldea enemiga y estudiar el terreno con tu rifle de francotirador, debes hacerlo con tu fiel búho que es capaz de atacar directamente a los udam incautos o soltarles una colmena de abejas en la cabeza, y las capacidades del ave también van progresando conforme avanzas en el juego. Mientras el búho surca el firmamento, puedes mandar a tu tigre dientes de sable a que mutile algunas extremidades con sus "pequeños" colmillos mientras despachas al resto de los enemigos con tu arco de largo alcance o un mazo de 2 manos... casual. Vaya, adaptaron algunos conceptos con ingenio y los nuevos encajan a la perfección para hacerte sentir como un verdadero señor de las bestias (o ya de perdida, la versión cavernícola de Cesar Millán). Y si todo falla, el placer de montar un mamut y destruirlo todo, vale cada centavo.

El placer de montar un mamut y destruirlo todo, vale cada centavo

Conforme progresas, desbloqueas depredadores para domesticar hasta llegar a 17, pero antes de poder hacerlo es preciso doblegarlos en misiones de cacería especialmente largas donde debes poner trampas y seguir la pista a los animales a veces durante varios días. Éstas son quizá algunas de las tareas más singulares de Far Cry Primal, un juego cuyo principal defecto es la repetición, toda vez que el volumen de contenido es notorio, pero no la variedad.

En Far Cry Primal 90% de las misiones involucra lo mismo: matar miembros de la tribu rival o cazar animales molestos para los wenja. Incluso los "eventos azarosos" caen en las mismas categorías. Es decir, cuando te encuentras a alguien en el camino debes matarlo, rescatarlo de sus captores —una forma elegante de decir que los vas a matar de un flechazo al cuello— o escoltarlo para que llegue a donde vaya porque en el camino habrá algo que matar. De vez en cuando hay misiones de rastreo donde usas tu vista de cacería que, de todos modos, terminan en ejecución y para cambiar un poco el ritmo, regresan los capítulos alucinógenos que te dejan ver el mundo desde una perspectiva mística, pero este tipo de instancia no es, ni por mucho, tan abundante como para compensar la repetición de tareas.

No tengo problemas con la violencia, pero me hubiera gustado que Ubisoft Montreal fuera más creativo con los pretextos. El mejor ejemplo de buenos eventos azarosos siempre será, para mí, Red Dead Redemption, donde de pronto te topas con una diligencia volcada y una damisela gritando, para que resulte una emboscada o ayudas a un esposo desesperado cuya esposa ha sido raptada, sólo para encontrarla muerta y atestiguar un suicidio. Esos son eventos azarosos que valen la pena.

Un problema que va de la mano con lo repetitivo de las misiones es la lentitud con la cual progresa la historia. Pasas las primeras 10 horas haciendo favores a los demás personajes, pero no sientes que el argumento vaya a algún lado y para cuando empieza a adquirir sustancia, es probable que estés algo agotado con lo monótono de las tareas. Y no sólo es que la historia sea lenta, sino que los protagonistas no tienen algo memorable en sus actitudes o conductas. Quizá lo más trascendente es que uno no tiene brazo y ya.

Para abonar a las quejas, está la navegación del mapa cuando tu siguiente objetivo se ubica en el tope de una colina y tienes que rodearla para encontrar por dónde subir, ya sea con una cuerda oportunamente dispuesta en una de las laderas o con un sinuoso sendero ascendente, escondido entre la maleza. Este problema también existía en Far Cry 3 y 4, a pesar de los helicópteros, pero ahora es más notorio porque siempre andas a pie. La atenuante es que para cuando comienza a molestarte la repetición, ya eres suficientemente poderoso como para no entretenerte de más y hacer todo rápido. Un buen ejemplo de ese "poder" es la habilidad de efectuar ejecuciones consecutivas que desbloqueas pasada la hora 10 y te hacen sentir una especie de SEAL cavernícola, o la opción de lootear cuerpos en automático, la facultad para reconocer plantas con la visión de cazador y un mayor entendimiento general de las mecánicas.

En cuanto a presentación, Far Cry Primal no está en la vanguardia gráfica de la generación en curso. Luce bien a secas o, por hacer una analogía, como un Skyrim con esteroides. Existe iluminación volumétrica, follaje reactivo, uso de partículas y una simulación de fuego suficientemente natural como para crear un incendio forestal y rostizar a tus enemigos en él, pero cuando miras las llamas con detenimiento, notas los límites visuales del motor Dunia 2 que ya lucía un poco ordinario desde Far Cry 4.

Una experiencia fresca

El trabajo de audio, por otro lado, me pareció muy bueno y, de hecho, carga con la responsabilidad de la ambientación porque es el poderoso rugir de los felinos, el retumbar de las patas de los mamuts y el aullido de los lobos a media noche el que te transporta a la prehistoria, si eres capaz de apagar tu incredulidad algunas horas. Además, se nota que Ubisoft Montreal hizo la tarea en términos de preproducción al crear un idioma para los personajes, sin mencionar el grado de detalle en el vestuario y todo el acopio de información que seguramente demandó recrear una etapa histórica tan ajena. Así que hay que dar aplaudir a Jean-Christophe Guyot, Maxime Béland y Alex Hutchinson por el esfuerzo adicional. Gracias a lo anterior, me inclino a calificar la presentación general de Far Cry Primal como buena.

Far Cry Primal es poco ingenioso en cuanto al diseño de misiones y la historia es pesada, pero la progresión amplificada de habilidades, los sólidos controles y el salvaje sistema de combate con depredadores brindan una experiencia fresca y única a pesar de ser una saga veterana. Si jugaste Far Cry 4 y andas corto de dinero, mejor réntalo primero. Pero si no has vuelto a la serie desde el 3 o la desconoces por completo, entonces vale mucho la pena.

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